Andadores
Los andadores son estructuras rígidas, con un aro exterior, que se sostienen sobre unas patas con ruedas y provistas de un arnés en su interior para colocar al bebé. A pesar de que existe la creencia de que facilita que nuestro peque camine, no solo no lo facilita si no que, además, existen diversos peligros:
- Accidentes domésticos, como traumatismos craneales o alcance de objetos como mangos de sartenes.
- No permite el movimiento libre y, por tanto, interfiere en el desarrollo.
- Dificulta el gateo.
- Solo puede jugar con lo que tenga encima del andador, no puede explorar ni manipular otros objetos.
- La postura no es adecuada, las piernas no están bien alineadas. Además, al estar suspendidos con el arnés no hacen bien la carga. Todo esto favorece la marcha en puntillas.
¿Y el correpasillos?
Aunque podamos pensar que son parecidos a los andadores NO lo son, los correpasillos si que pueden ser beneficiosos para nuestros peques:
- El niño tiene movimiento libre, no está metido en ninguna estructura, sino que es algo activo.
- Pueden usarlo para ponerse de pie de manera autónoma pasando de la posición de caballero a la bipedestación agarrándose y escalando.
- El apoyo y la carga de los miembros inferiores son correctos.
- Les permite mejorar la coordinación y el equilibrio.
- Mejora su percepción y gestión del espacio ya que al chocar aprenden cuando deben frenar o girar.
Pero es importante saber que los correpasillos deben utilizarse a partir de los 12-14 meses, cuando el peque ya tenga la marcha establecida y debemos tener precaución con que no lleven el cuerpo demasiado hacia delante, ya que esto podría beneficiar la marcha de puntillas.
Espero que os haya resultado útil esta pequeña guía sobre los andadores y los correpasillos. Si tenéis cualquier pregunta no dudéis en contactarme. ¡Muchas gracias!